Noche profunda.....
Las ratas bicéfalo rojas salieron de sus guaridas a chillar su bienvenida a la luna gigante que haciendo un repentino “flop” apareció de pronto en el horizonte.
Los halcones moteados graznaban victoriosos mientras volaban bajo para jugar al escondite con los corderos carnívoros que siempre perdían la baza porque siempre se movían en rebaño.
Los caballos de cristal que eran tan altos debido a sus patas tan largas, que al relinchar todos sus prismas parecían relámpagos zigzageantes del cielo, también jugaban a hacer sombras sobre los prados.
El guardabosques que cada noche desprendía fósforo de sus ojos como lagrimas de fuego, leía un libro de terror en la oscuridad.
Todos ellos se quedaron atónitos con el zumbido de un lejano ultra motor de luz que siseaba en el aire, luz que se hizo en el cielo y que descendió como un festivo carrusel balanceándose cual pluma en vals de caída libre.
Llena de resoplidos una nave humana tomaba tierra en el centro de ese vergel.....
Un hombre con una gran pecera en la cabeza pisó el suelo, viendo todo sin ver nada, acompañado de otros dos humanos lustrosos, con sus trajes plateados, cuales cantantes de Glam Rock de los 70, mientras el hombre-comandante clavó una bandera que quedó inmóvil, al pie de un roble carnívoro.
El hombre-comandante dijo unas palabras de honor para la retransmisión que se estaba efectuando en directo a la tierra, y el roble carnívoro se inclinó a olfatearlo lleno de curiosidad por si era comestible, pero inmediatamente hizo una mueca de desagrado, y con grandes zancadas se apartó de él.
Luego el comandante dio algunos saltos “espectaculares” en la ingravidez, pisando sin querer una de las tenues sombras de los caballos esmerilados, ganando así una partida del juego equino, lo cual dejo a los rocines bastante enojados por la intromisión.
Luego los tres hombres juntos con voz radiofónica e introspectiva dentro de su traje espacial, cantaron su himno de la confederación estelar al vacío del desierto del planeta que acababan de “descubrir”.
Y mientras el humano conquistaba otra roca desértica en busca de otros habitantes del universo, en aquel mismo sitio pero en otra dimensión cercana, los estaban viendo seres casi imposibles de imaginar, no sin el suficiente empeño claro, pero muy reales, eso si, que no daban crédito a sus ojos, de ver tales categóricos esperpentos ingnorarlos de tal manera.
-Otra gesta de la humanidad- dijo el comandante...
Pero estos conquistadores no se imaginaban hasta que punto este planeta vacío podía estar lleno de sueños vivientes.......
Ya que sabido es en toda la galaxia de Orión, que sólo el hombre en todo el universo tiene la facultad de ver sólo lo que quiere ver.....ya que sólo ven lo que pudiera ser considerado como “lógico”....y nada mas que eso....todo lo demás existente es de un nivel superior a la capacidad de ponderación del cerebro humano, que siempre va con demasiada prisa para detenerse a observar los secretos del vacío, porque no puede detener el reloj de su existencia, innata de la condición humana....de la mordaza de la dimensión del tiempo....y todo ello porque se trata todavía de una especie en estado primitivo.....
Después de irse la luna y hacer un par de piruetas por la bóveda celestial, acabo por salir el sol de nuevo, un sol de áureos colores que lo manchaban todo de matices cromáticos dando al bosque un aspecto como el de una feliz bandera gay y así fue como las ratas chillonas se fueron a dormir......o a soñar.....
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¡Feliz Cambio Climatico!
¡Feliz Fin del Mundo!
¡Viva la Basura y abajo los Ecologistas!
